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viernes, 11 de abril de 2008

Cartas Amarillas

Entró despacio para no despertarla.
Cerro despacio para no molestarla.
Siempre lo hacía, sabía que llegaba muy tarde de la facultad y necesitaba descansar.
La imaginó dormida semitapada dejando entrever, entre las sábanas de seda,sus delicadas y armoniosas formas.

¿Cuanto hacía que la amaba? ¿Cuanto hacía que ella era su vida y su vida era ella? No pudo contestarse la pregunta. Era tanto el tiempo que habían compartido juntos, que juntos, habían comenzado a olvidarlo. La niñez asomó en pantallazos y la vio a ella corriendo presurosa a esconderse, mientras el contaba hasta diez, apoyando su frente en el viejo paraíso, que irrumpía en la vereda.

También pudo recordarla mucho tiempo después. En la playa junto al mar enternecido que le acariciaba los pies mientras ella caminaba, suave y delicada, sabiendo que él la miraba en silencio. Mas tarde la pudo ver feliz y enamorada mientras caminaba, blanca y radiante, hacia el altar, donde él la esperaba casi sin aliento.

Dejó las llaves sobre la mesa del living y allí la vio. Una carta. Una simple carta.
¿Porqué ella había dejado una carta?

Nunca supo porque ella lo abandonó. ¿que fue lo que apagó aquel amor que parecía inacabable?

Se marchó, dicen algunos que se volvió loco. Otros dicen que ya lo estaba.
Loco de amor por ella.
Todavía está sobre la mesa del living aquella vieja carta amarilla que él nunca hubiera querido leer.

3 comentarios:

Alicia dijo...

A la canción le hacía falta una historia, y la que escribiste, la elegida por vos, te salió de maravillas. Triste, pero de gran belleza.
Alicia

carlin dijo...

Gracias Alicia por tus palabras elogiosas.

Viviana dijo...

Hermosa historia. Muy bein escrita Carlín.
A todas estas...¿se puede saber dónde estás? ¡ni se te ve pasar por la vereda nene!
Aparecé!!
Un abrazo,
Vivi